Asesoría legal

Informar desde regímenes autoritarios
(Parte 1): Obstáculos legales

Los países con regímenes autoritarios constituyen entornos hostiles para el trabajo de los periodistas. En este primer artículo de una serie de dos, Reporteros Sin Fronteras (RSF) colabora con la experta en derecho de los medios de comunicación Josephine K. para describir los obstáculos legales a los que, con frecuencia, se enfrentan los periodistas en estos países.

Los regímenes autoritarios se mantienen en el poder, en parte, gracias al control de la información. Los periodistas, cuyo trabajo persigue precisamente la revelación y la difusión de información, suelen ser víctimas en estos países de leyes ambiguas aplicadas con dureza que restringen su libertad de expresión, su capacidad para viajar o incluso les llevan a ser detenidos. No es aconsejable adentrarse en un régimen represivo sin un análisis adecuado de los riesgos que se asumen y sin apoyo legal. Y, aunque las leyes varían de un lugar a otro, existen algunos riesgos comunes que todos los periodistas deben conocer. En esta primera entrega de un artículo en dos partes, Reporteros Sin Fronteras (RSF) y la experta en derecho de los medios de comunicación Josephine K. analizan cómo los regímenes autoritarios utilizan el marco legislativo para restringir y disuadir a los periodistas.

Leyes de inmigración: restricción de la estancia legal en un país

En la mayoría de los casos, los periodistas que acuden a un país sin calidad democrática están obligados por ley a declararse en situación de inmigración. Las leyes de inmigración pueden ser objeto de abuso por parte de los regímenes para restringir la capacidad de los reporteros para entrar en el país y circular libremente por él.

  • La denegación de entrada puede producirse en la propia frontera si el país así lo decide, sin necesidad de dar ninguna explicación.
  • El trabajo ilegal puede utilizarse como excusa contra los periodistas que informan en países donde se restringe la libertad de expresión y de prensa, y puede dar lugar a la detención o la deportación.

Leyes de seguridad nacional: los periodistas como amenaza grave

Uno de los mayores riesgos a los que se enfrenta un periodista es ser declarado amenaza para la seguridad nacional. Las leyes de seguridad nacional son extremadamente severas y, a menudo, ambiguas, represivas y de ámbito general. En algunos casos, estas normas pueden incluso aplicarse al trabajo realizado anteriormente por un periodista y publicado en otro país.

  • Las definiciones ambiguas implican que un periodista puede ser detenido por algo tan difuso como “injerencia exterior” o “revelación de secretos de Estado”, delitos cuyas definiciones son tan imprecisas que incluso los abogados locales son incapaces de interpretarlas. En ocasiones, su contenido es tan vago que incluso  la difusión de datos económicos y sociales básicos del país puede considerarse una vulneración de “secretos de Estado”.
  • Delitos aparentemente menores, como el uso de terminología o eslóganes no “aprobados por el Estado”, o la posesión de material arbitrariamente juzgado como “sedicioso” según determinadas leyes, pueden considerarse amenazas a la seguridad nacional y dar lugar a la detención de un periodista.

Leyes inespecíficas sobre los medios: restricciones a la libertad de expresión

Estas leyes representan un arma poderosa del arsenal de los regímenes autoritarios, de los agentes estatales y del poder económico, ya que pueden dar lugar a sanciones penales (encarcelamiento) o civiles. Tanto los periodistas como los ciudadanos de a pie pueden ser acusados en virtud de estas leyes, pero se suele hacer un uso desproporcionado y agresivo de estas normas para acosar e intimidar a los periodistas que informan de forma crítica sobre el régimen.

  • Las leyes sobre allanamiento pueden invocarse para expulsar a los periodistas de una zona determinada.
  • Las leyes contra la sedición a menudo se interpretan de manera ambigua para anular cualquier crítica al gobierno.
  • Las leyes contra la difamación pueden utilizarse para atacar a periodistas que informan sobre una persona, habitualmente rica y poderosa, si ésta considera que la información es presuntamente calumniosa o perjudicial para su reputación. De acuerdo con el derecho internacional, se acepta generalmente que los funcionarios públicos no deben gozar de la protección de leyes contra la difamación, pero en los regímenes autoritarios, donde se restringe la crítica a los poderosos, éstas siguen siendo una amenaza importante.
  • Las leyes contra la blasfemia en países muy religiosos pueden aplicarse contra cualquier información que se considere crítica o irrespetuosa hacia algo o alguien considerado sagrado o infalible, incluidos el Gobierno o los dirigentes del país.
  • Las leyes de lesa majestad son similares a las de blasfemia, pero tipifican específicamente como delito las informaciones que critican al monarca de un país.

Poder policial: obstaculizar a los medios con total impunidad

La policía y otras figuras de autoridad en los regímenes autoritarios pueden aplicar restricciones inusuales codificadas en reglamentos  para entorpecer el trabajo de los periodistas.

  • Acceso restringido a las conferencias de prensa. En los regímenes en los que se restringe la libertad de prensa y de expresión, la policía suele tener amplios poderes para denegar el acceso a las conferencias de prensa a los medios independientes no oficialistas, sin tener que dar ninguna explicación legal, ni motivo alguno.
  • Ausencia de órdenes de registro. En los regímenes autoritarios, los dispositivos móviles pueden ser registrados a voluntad, mientras que es probable que no exista protección legal alguna para el trabajo periodístico, como los nombres de las fuentes o los datos sensibles, desamparados frente al escrutinio policial.
  • Impunidad por la conducta indebida de la policía. En los regímenes autoritarios no se toleran las críticas al comportamiento de la policía, y el régimen no informa abiertamente sobre tácticas restrictivas como las mencionadas anteriormente, ni se le pide que rinda cuentas.

→ Leer la parte 2: Consejos para periodistas y redacciones.

Josephine K. es un seudónimo, ya que la autora desea permanecer en el anonimato por motivos de seguridad.